Tengo derecho a viajar, a conocer el mundo.
Tengo derecho de acampar en un bosque, nadar un río, salir, reír.
Tengo derecho de tomar una cerveza, de investigar, de conocer, de conocernos; tengo derecho a dormir en la playa, a hacer amigos nuevos, a escalar una montaña.
Tengo derecho de caminar por donde el corazón manda… y sobre todo, TENGO DERECHO DE VOLVER.
Tengo derecho a una fogata bajo las estrellas, a cocinar debajo de un árbol, a conocer la ciudad, la gente, las costumbres, las discotecas; a conocerte a vos y a no tener ganas.
Tengo derecho a calzarme la mochila llena de sueños y de esperanzas, de darle un beso a mamá, y de saber que en un tiempo voy a estar en casa de vuelta.
Tengo derecho de que me extrañen, pero tranquilos.
Tengo derecho a dormir sin un ojo abierto, a compartir un mate con un desconocido, (como haces vos): y a conocerlo sin tener que sentir miedo.
Tengo derecho de VIVIR EL MUNDO y tengo DERECHO DE VOLVER…
(porque el mundo también es mío, porque yo soy parte del mundo, porque somos iguales…)
Muy lindo, ojalá siempre se pueda volver y todas hubieramos podido volver